DESCUBRIENDO PAISAJE

El PERI del Puig de Sant Pere salvó este barrio de su demolición, a la vez que conservó su antigua población frente a la especulación. Todo ello dentro de un enfrentamiento social en una democracia recién estrenada.

El esponjamiento del tejido urbano y la mejora de su red viaria, mediante la eliminación de ruinas obsoletas, favoreció la aparición de espacios y edificios públicos.

Entre ellos una antigua curtidora que el PERI destinaba a centro social del barrio, abriéndose un concurso para su rehabilitación como tal, gracias al cual obtuvimos el encargo de su rehabilitación y posteriormente acabando por rehabilitar toda la pequeña manzana resultante que lo contenía.

Las antiguas tapias de huertos, ya desaparecidos, delimitaron un ámbito mayor, que la nueva normativa cortó transformando edificaciones entre medianeras en vía pública.

El proyecto eliminaba todas las construcciones que no correspondían con los contenedores principales, liberando los antiguos corrales y abriendo las edificaciones con nuevos huecos.

Se confió la imagen pública al edificio-torre que emergía solitario (al desaparecer los anexos) sobre las antiguas tapias construidas en fábricas de piedra y marés que desnudas documentarían su pasado y con su carácter de ruina un paisaje para el barrio.

El proyecto no obtuvo licencia hasta que desdibujamos ciertas intenciones del proyecto. Que retomamos en obra, y por la que obtuvimos después un Premio Ciutat de Palma.