Quizá fue la curiosidad de saber que más podía ver desde lo alto de aquel árbol, quizá de escuchar el viento pasar entre las hojas, quizá de observar por dónde se escondía el sol, quizá la protección de aquellas ramas le hicieron imaginar un escondite perfecto. ¿Qué hacía aquel niño subido siempre a un árbol?…Disfrutar, con lo que más le gustaba, jugar con su entorno, la naturaleza.
José García-Ruiz, sigue observando hoy la sabiduría de la naturaleza, con la mirada y la reflexión del arquitecto que es, proyectando sus ideas sin molestar al entorno.
Huye de lo artificial y de lo efímero, de la estética banal. De todos aquellos ideales de la arquitectura de “estilo” para recuperar una arquitectura cercana al hombre, que conserva tradiciones y respeta culturas y entorno, capaz de hacer nuestra vida un poquito mejor, y nos confiesa sentirse privilegiado por poder participar en ello.
“Me interesa lo común y corriente, lo normal elevado a otro nivel, buscando referencias y conexiones que garanticen la integración del edificio en un lugar.
Aspectos prácticos y sobre todo culturales consistentes en comprender que aspectos pueden introducir un proyecto en su lugar para formar parte de el sin nostalgias. La arquitectura como un lugar, como atmosfera, como naturaleza. Disfrutada o ignorada, presente, equilibrada y bella.”-
Le gustan los materiales que saben envejecer, nos dice. -Los materiales nobles saben cual es el camino que tienen que llevar con el paso del tiempo-, nos explica Luis Alfonso de León, arquitecto técnico que nos acompaña.
La arquitectura de José García-Ruiz es versátil, dotada de un sano juicio tanto práctico como armonioso, por eso, cuando habla de crear un espacio para vivir lo primero que hace es aprovechar las primeras sensaciones que tiene del lugar. Tiene la capacidad de captar la potencia del paisaje e integrarlo en el proyecto, ya sea mar, montaña, o simplemente un llano de trigo. “La arquitectura tiene que venir de lo natural”, nos dice, y antes de ponerse a dibujar es imprescindible escuchar a las personas que la tienen que habitar y saber implicarlas en todo el proceso.
Las instalaciones también forman parte del edificio o vivienda, las nuevas tecnologías nos ofrecen hoy numerosas posibilidades para mejorar nuestro confort, pero un mal uso o exceso, pueden causar el efecto contrario y acabar convirtiendo nuestro hogar en una sala de máquinas.
“Sujetos al presupuesto, entendemos que el proyecto debe contener las exigencias de las tecnologías elegidas, integrándolas adecuadamente, con el objetivo de garantizar un óptimo confort, eficiente y sostenible, perfectible en el tiempo. Huyendo de su expresión como lenguaje.”
Lo que más aprecia José García-Ruiz del patrimonio arquitectónico de Mallorca es curiosamente, el tejido urbano antiguo de los pueblos, la huella arquitectónica que la cultura ha dejado en el lugar, por eso sabe leer los estratos de la historia arquitectónica, siendo un conocimiento muy valioso, ante un proyecto de rehabilitación. -En una rehabilitación, saber leer los planos y las grietas es toda una profesión!-, nos explica Luis Alfonso, es el arquitecto el encargado de analizar los síntomas, encontrar el problema y buscar una solución antes de iniciar la obra.
– “Se muy poco de muchísimas cosas”-, nos dice, lo que le permite tener una visión objetiva y poder resolver los problemas técnicos por descubrir.
José García-Ruiz, arquitecto y hombre. Es admirable que después de su larga trayectoria profesional, se sigue maravillando al contemplar la estructura de un nido de pájaro, observando, las hojas de una parra cuando giran para orientarse al sol……