UN LUGAR DEL PLA

En el Pla, a los pies de Sencelles y junto a un torrente, sucesivas generaciones conformaron estas tierras en el huerto que fue. De la tierra extrajeron los materiales con que construir el pozo, la noria y el estanque. Ingenios, tenacidad y mucho trabajo fueron necesarios para regar la misma tierra que les alimentó y cobijó. Establos, pajar, caseta, porche… construcciones utilitarias, complementándose sabiamente transcendieron en lugar, de cualidades intemporales, escenario amable de vidas.

Esta humilde realidad supone un gran legado para quien quiere habitar esta tierra, contemplar y sentir su naturaleza, compartir su historia.

Huyendo de nostalgias y tópicos, rehabilitamos este lugar, contemporáneamente, acomodándolo al clima, las estaciones y ciclos, sin renunciar a transmitir las emociones que nos produjo, su singularidad, su potencial espacial, lo edificado y su entorno, un todo integrado, de atmósfera propia.

Las últimas tecnologías aplicadas sin protagonismo, imperceptibles, en este reducto de calma y protección donde ser y sentir su ritmo, naturalmente, ajenos a estilos,  modas y tendencias, inmersos en su masa vegetal, asilvestrada, protectora, atemperando el clima, adaptándose a cada estación, cambiante.

Preservar forma, materia, memoria…, collage de fragmentos materiales e inmateriales que desvelan vestigios y recuerdos, fuerzas y conflictos, la belleza del lugar proyectada y transformada en futuro, de corazón antiguo: reciclado, abierto, flexible, vivo, confortable, sostenible, versátil lugar de oportunidades.