Como muchos otros, entendemos la arquitectura sostenible, como siempre debería haber sido. Desde sus inicios surgió del territorio para seguir formando parte de él. De éste tomó los materiales para su construcción (piedra, tierra, troncos, paja…) asentándose en su topografía abriendo huecos de acuerdo a su orientación, vientos, brisas, accesos, etc.

Desde entonces se han desarrollado muchas tecnologías, nuevas formas de vida, conocimientos y sensibilidades, pero siguen vigentes aquellos principios de sostenibilidad, cuya aplicación correcta se ha venido a denominar arquitectura pasiva o bioclimática. Ésta, no es otra cosa que construir de acuerdo a la mejor captación y acumulación energética directa del entorno físico para acondicionar la arquitectura, por la simple, pero adecuada disposición de la arquitectura respecto al entorno.